LOS FRANCISCANOS Y LA EVANGELIZACIÓN DEL CHACO TARIJEÑO.
En el Siglo XIX los territorios del Chaco Tarijeño fueron evangelizados por
los franciscanos, la presencia del Colegio de Propaganda Fide en la región
chaqueñaha sido efectiva por el método utilizado[2] quienes
demostraron a partir de 1809 deben abandonar varias de sus misiones expulsados
por los soldados patriotas en la región actual de la Prov. Cordillera, lo mismo
pasó en las reducciones de la Frontera de Chuquisaca y en las de Tarija (Itau y
Salinas) con iguales vejámenes y exilios. Para 1815 en
el Colegio Franciscano de Tarija de sus misioneros, veinte y dos estaban
presos; ocho emigrados; cuatro obligados a servir de capellanes en el ejército,
en el convento, apenas quedaban tres sacerdotes; dos de ellos mayores de 70
años y el tercero ciego. Quizás sean estos los 3 sacerdotes a los que hace
alusión el General Burdett O`Connor en sus Memorias; indicando en las mismas
que 3 sacerdotes Franciscanos se habían ganado el cariño del pueblo de Tarija
imposibilitándole así en 1826 cumplir con la orden recibida de “secularizar el
convento” es decir poner un punto final a la labor que realizaban los clérigos
franciscanos en la región. No se debe olvidar que para la mayoría de las
huestes patriotas llegadas desde la Gran Colombia bajo las órdenes del Mariscal
A. José de Sucre y algunos miembros de la naciente administración Republicana,
los sacerdotes eran "leales súbditos" de la Corona española, esto se
debe ya que al producirse el conflicto bélico independentista, la mayoría de
los miembros del clero simpatizaban abiertamente con la causa de la corona
Española.
Sin embargo los primeros años, poco y nada se hace por parte de las
autoridades de la República por afianzar la soberanía en las fronteras
lindantes con la llanura Chaqueña, este hecho fue incentivado por las nuevas
autoridades locales donde entre sus prioridades no estaba la frontera del Chaco
y no tenían interés en potenciar a los religiosos de dudosa lealtad al nuevo
orden político. Sin embargo con la llegada de Andrés de Santa Cruz al poder se
restauran algunas misiones, se crean otras y expande la presencia de los
Franciscanos en el Chaco Tarijeño. A pesar de todo esta situación el Chaco era
visto incluso durante la segunda mitad del siglo XIX por los nuevos dueños del
poder político y también por los colonizadores que se lanzaban en búsqueda de
dominar estas bastas llanuras como una tierra impenetrable y salvaje: "se
perpetuó en el tiempo alimentada por los informes de cronistas viajeros
expedicionarios y militares que se explayaron en sus relatos respecto de las
dificultades que implicaba el arraigo en el desierto verde, denominación usada
por entonces para distinguir a estas comarcas de los áridos territorios del
sur” a pesar de tal panorama Tarija se expande a través de las haciendas y
concesiones madereras a todo el territorio antes misional; lo que origina
conflictos entre los pueblos originarios chaqueños y la administración
departamental. La secularización de las misiones (1905) es la conclusión de ese
proceso que quita todo derecho a los indígenas sobre la tierra y reduce a la
acción eclesial a la circunscripción del templo.
Sin embargo es en este período que se desarrollo una suerte de “sistema
educativo solidario” para con los habitantes primigenios del Chaco a quienes la
escuela debía insistir, ante todo, en la enseñanza de la lengua materna, y
secundariamente, del castellano, este sistema como una parte del proceso de la
evangelización del Chaco tenía en los últimos años del siglo XIX su principal
defensor en el R.P. Doroteo Giannecchini quien observaba cómo la lucha en
contra de la escuela misional, que insistía en la lengua autóctona, escondía
una pretensión de dominación de clases pudientes en contra de la entidad
indígena.[3]
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